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Detectores de metales industriales
Los detectores de metales industriales se utilizan en las industrias farmacéutica, alimentos, bebidas, textiles, prendas de vestir, plásticos, productos químicos, madera, minería y envasado.
La contaminación de los alimentos por fragmentos metálicos de maquinaria de procesamiento rota durante el proceso de fabricación es un problema de seguridad importante en la industria alimentaria. Los detectores de metales para este propósito son ampliamente utilizados e integrados en la línea de producción.
La práctica actual en las plantas de la industria de prendas de vestir o prendas de vestir es aplicar la detección de metales después de que las prendas estén completamente cosidas y antes de que las prendas estén embaladas para verificar si hay alguna contaminación de metal (aguja, aguja rota, etc.) en las prendas. Esto debe hacerse por razones de seguridad.
El principio básico de funcionamiento para el detector de metales industrial común se basa en un diseño de 3 bobinas. Este diseño utiliza una bobina de transmisión AM (amplitud modulada) y dos bobinas de recepción una a cada lado del transmisor. El diseño y la configuración física de las bobinas receptoras son instrumentales en la capacidad de detectar contaminantes metálicos muy pequeños de 1 mm o menos. Hoy en día, los modernos detectores de metales siguen utilizando esta configuración para la detección de tramp metal.
La configuración de la bobina es tal que crea una abertura por la que el producto (alimento, plásticos, productos farmacéuticos, etc.) pasa a través de las bobinas. Esta abertura o abertura permite que el producto entre y salga a través del sistema de tres bobinas produciendo una señal igual pero reflejada en las dos bobinas receptoras. Las señales resultantes se suman entre sí anulando entre sí de manera efectiva.
Cuando se introduce un contaminante metálico en el producto se crea una perturbación desigual. Esto crea entonces una señal electrónica muy pequeña. Después de una amplificación adecuada, se señala un dispositivo mecánico montado en el sistema transportador para retirar el producto contaminado de la línea de producción. Este proceso está totalmente automatizado y permite que la fabricación funcione sin interrupciones.